miércoles, 16 de abril de 2014

Interpretación del Apocalipsis

Apocalipsis 7,2) Y ví otro ángel que subía del sol naciente. Por este otro ángel se significa la Iglesia Católica. Del sol naciente se refiere a la Pasión y Resurrección de Jesús.
(Apoc. 7, 2-3) Clamando a los cuatro ángeles de la tierra, y clamó con voz poderosa  a los cuatro ángeles, a quiénes fue dada la potestad de dañar la tierra y el mar, no dañes la tierra ni el mar. Ahora bien él recibe una espada, hablando en general él aniquila, a todos durante toda su vida, los persuade a luchar entre ellos para que se eliminen mutuamente.



El caballo negro


Dice que del tercer sello, salió un caballo nuevo y el que montaba en el tenía una balanza en su mano,(Apoc. 6,5) es decir un control en la justicia, pero mietras finge tener la justicia, daña con su simulación. Después dice “no dañes” ( Apoc. 6, 6) significa que no puede hacer daño al pueblo de Dios o sea la Iglesia, salvo que hallan recibido el Poder de Dios, -después sigue el Apocalipsis,- no dañes el aceite ni el vino- El aceite , como ya sabemos, es el Crisma y el vino, la Sangre del Señor, y el trigo y la cebada es la Iglesia con todos sus integrantes ,sean estos Obispos, letrados, iletrados, ricos, pobres, etc.etc.
Del cuarto sello- había un caballo Amarillento y el que lo montaba se llamaba muerte, y con él iba en pos del Infierno, y le fue dado poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espadas, hambre, muerte y fieras de la tierra. (Apoc. 6, 8)


Los cuatro caballos y su significado


Estos tres caballos, no son más que uno, son la antítesis del caballo blanco, que es de Dios, los otros tres pertenecen  y son montados por el diablo, cuyo nombre es la muerte. Que los tres caballos son la muerte o el diablo, se sabe al abrir el sexto sello, pues significan el hambre, la guerra y la peste como lo había anunciado el Señor Jesús en los Evangelios. El caballo blanco es la predicación del Evangelio sobre toda la tierra. En el caballo rojo y su jinete están representadas, las guerras que han de venir. Con el caballo amarillento y su jinete se representa la gran peste que ha de venir, con todas sus muertes.Y el Infierno le sigue ( Apoc.6,8), es decir espera devorar un gran número de Almas.


El quinto sello y la sangre de los Mártires


Y cuando abrió el quinto sello, ví debajo del altar de Dios las almas de quienes habían sido degollados (Apoc. 6, 9). El altar de Dios, significa la Iglesia, bajo los ojos de la Cual, habían sido degollados los mártires. A las almas de los Santos le fue concedido estar en el Paraíso, sin embargo dado que la sangre de los Santos Mártires había sido derramada sobre la tierra, dice que su vos clama debajo del altar, según está escrito “La sangre de tu hermano clama desde la tierra.”


El sexto sello y la última persecución


Cuando abrió el sexto sello, sobrevino un gran terremoto (Apoc. 6, 12) es decir la última persecución- Y el sol se tornó negro como un saco tejido de crin y la luna entera se tornó negra como sangre y las estrellas cayeron a la tierra (Apoc. 6, 12-13). Lo que son el sol y la luna, es también las estrellas o sea la Iglesia, pero no es toda la Iglesia, son los malos de la Iglesia los que se precipitan a la tierra. Pero dijo todo porque la última persecución se extenderá por todo el universo. Pero aquellos que sean justos permanecerán en la Iglesia como en el Cielo, pero los codiciosos los inmorales , le rinden pleitesía al Diablo. Entonces aquellos que se dicen cristianos de palabra, como las estrellas caen del Cielo, que es la Iglesia.- Cómo una higuera agitada por un fuerte viento, deja caer sus brevas ( Apoc. 6, 13). La higuera es la Iglesia, el fuerte viento es la persecución, las brevas que caen los malos cristianos que son arrojados fuera de la Iglesia.
Y el cielo fue retirado, como un libro que se enrolla ( Apoc. 6, 16)- Aquí, se trata de ver el Cielo, como la iglesia, que separa todos los hombres malos y guarda en ella los misterios todos, por ella solo conocidos. El libro que se enrolla está cerrado, para que los malos no conozcan las verdades allí relatadas.- Y todo monte e isla fueron removidos de sus sitios- Esta parte del Apocalipsis significa que la Iglesia una vez terminada la última persecución, separa los buenos de los malos.


La Conversión a Cristo

Y los Reyes de la tierra y los magistrados ( Apoc. 6, 15). Por reyes se significa hombres poderosos, de todo órden, pués de todas clases, se convertirán a Dios. Por entonces aquellos que serán reyes, a excepción de un perseguidor,- se escondieron en las cuevas y en las peñas de los montes- Todos se refugian en los muros de la Iglesia y en los Evangelios y ellos dicen caed ( Apoc.6, 16) o sea cúbrenos y – escóndenos-, para que el hombre viejo, se aparte de los ojos de Dios. . Hasta que hayamos marcado con el sello en la frente a los siervos de Nuestro Dios. ( Apoc.7,3) , El denuncia a la Iglesia y se dirige los hombres malos, es decir a la parte siniestra de la Iglesia que castiga: No los dañes, (Apoc. 6, 6). Esta es la voz, que en medio de los cuatro vivientes, dice al que castiga, No dañes ni el vino  ni el aceite. Por el vino y el aceite se hace mención a los hombres buenos, a aquellos que los hombres malos ni el diablo, pudo  dañar, a no ser aquél a quién Dios permitió que dañara para su santidad.


Las doce Tribus de Israel y la Iglesia

Y oí el número de los marcados: ciento  cuarenta y cuatro millares marcados de toda tribu de los hijos de Israel (Apoc.7, 4) Ciento cuarenta y cuatro millares, es toda la Iglesia. Tras esto ví . Y he aquí a un pueblo tan numeroso, al cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas.- No dijo ví otro pueblo, sino que era el mismo pueblo del principio, de toda raza, pueblo, nación, tribu y a todos los injerta en la Iglesia y Dios toma todos dentro de Sí, al pueblo judío, como a los gentiles. Y después se sientan en doce tronos, con vestiduras blancas, esto blanco significa el Don del Espíritu Santo.( Apoc. 7, 13)


Los vestidos blancos y el bautismo

Y todos los ángeles, estaban en derredor del trono (Apoc. 7,15) Los ángeles, significa la Iglesia.


ADRIÁN PRUNOTTO

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