Nosotros tenemos Libre Albedrío o sea la capacidad, o más bien la libertad de portarnos bien o mal. Aceptar o rechazar a Dios. Condenarnos eternamente o Gozar eternamente en el Cielo. Por lo tanto debemos primero arrepentirnos de nuestros pecados en una sincera Confesión, y Amar a Dios sobre todo y al prójimo como nos amó Jesús.
Tenemos que abrirle las puertas de nuestro corazón a Jesús y el vendrá se hará dueño y Señor Nuestro y manejará nuestra vida. Tenemos que dejar todo nuestro ser en manos del Señor, que Él haga en nosotros a su entera disposición. Ayudados por la Santísima Virgen María, nuestra Madre, lo lograremos. Amén
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