lunes, 24 de febrero de 2014

A mi Querida Madre del Cielo

A mi Querida Madre del Cielo

Para mi querida Madre del Cielo, le escribo estas línes.
A Ella que es la mamá de Dios Todopoderoso, lo acunó  en sus brazos y le dio de mamar al Hombre- Dios.
A Ella que es Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
A Ella van mis alabanzas, mi respeto y mi humildad.


El Si de María


Gracias a Tú Fiat, el munto entero entró en el camino de la Salvación, ese “ Hágase en Mí según tu Palabra, nos abrió las puertas del Cielo a Vos a mí a toda la Humanidad, gracias, gracias, mil veces gracias María por tu Fiat. No alcanzan las palabras para agradecerte.
Tú que fuiste concebida sin Pecado Original, porque así solamente así podrías ser Madre de Dios, totalmente Pura y a la vez, totalmente humilde; vivías en una casita de Nazareth con tus padres Joaquín y Ana, Tú les habrás contado a ellos de la visita del ángel, toda pobreza, toda humildad, toda niña de quince años, muy jovencita para ser Madre y más aún la Madre del Señor Dios, pero El te escogió así y Tú abriendo las puertas de la Salvación al Mundo, dijiste que sí,¡Fiat!
Y con miedo por lo que dijera José , tu castísimo esposo y compañero, que estaba comprometido contigo, ¿Cómo lo iba a tomar él a esto, a esta Maternidad sin la intervención de ningún hombre? María todo lo dejaba en manos de Dios y no se desesperaba, es la actitud que debemos tomar nosotros ante las contrariedades de la Vida.

Tu Concepción Inmaculada

Desde tu Concepción fuiste Inmaculada, o sea que en el seno de tu madre Ana tu no tenías pecado original. Y como lo ibas a tener si ibas a ser Madre de Dios- Hombre, tu amadísimo Hijo Jesús.
Tu inmaculada Concepción es un Dogma o sea una verdad que debe ser creída sin dudar por cada Católico.
Pero yo te digo, si me lo permitís Madre Querida, que aunque no fuera Inmaculada tu Concepción, te querría los mismo, siento necesidad de Ti, de tu compañía, de Tus consejos para esta vida tan difícil.
Hay veces que me siento solo Madre Mía, muy solo y únicamente Tu puedes consolarme, siento necesidad de llorar y no encuentro hombro humano, solo Tú me puedes aliviar.
Querida Madre tu eres Virgen, antes del parto, durante el parto y después perpetuamente; antes del parto porque ya lo concebías en Tu Alma, antes que en Tu Cuerpo, durante el parto, porque para Dios no hay nada imposible además el que nacía era Dios! Y después del parto para siempre viviendo como hermanos con San José.
Mamita(1) tu eres Correndora, así como Jesús es el Redentor de la Humanidad Entera, y nació de Ti o sea que Tu cooperaste y cooperas en la Redención de los Hombres, eres Corredentora mi Mamita Virgen, también por tus siete dolores, el más importante acompañarlo a Tu Hijo en su Muerte de Cruz, a los otros dolores los veremos más adelante. Te amo Madre Bendita en tu Visita a Santa Isabel tu prima hermana, allí ella te dijo”¡Bendita Tu, entre todas las mujeres, y Bendito el Fruto de tu Vientre, porque cuando estabas entrando aquí, mi niño salto de gozo en mi seno!” Este último niño era Juan el Bautista, del cuál dijo después Jesús, es el hombre más importante de toda la Tierra.
Bendita seas María por haber viajado tanto desde Nazareth a las montañas de Judá, que eran como setecientos kilómetros, para visitar a tu prima anciana que ya estaba en el sexto mes de embarazo, porque para Dios no hay nada imposible, esto lo tenemos que grabar con fuego en nuestros corazones.
Y después, dijiste el Canto del Magnificat, para que se alegren los humildes y pobres de corazón.


El Nacimiento de Jesús

Eres tan humilde, tan humilde, que tuviste a tu Hijo Dios en un establo, si en un establo donde están los animales, mientras tu guardabas todas estas cosas en tu Corazón, después fuiste sorprendida por pastores, muy humildes, que querían ver al Niño, dado que según ellos decían” Se les apareció en el cielo una señal grandiosa que los invitaba a ir a Belén, Porque había nacido un Niño Dios en la ciudad de David, que era Rey y luego dijeron Paz a los hombres de buena voluntad”.
Después te conmoviste con la llegada de tres Hombres Ricos, Poderosos, Reyes en sus tierras, que le ofrecieron oro, incienso y mirra, oro por su realeza, la del Niño Dios por supuesto, incienso por su Santidad y Mirra, para su sepultura. Y Tu Querida Madre no entendías, pero lo guardabas todo en Tu Corazón.
Con tu humildad, recibiste todas las gracias del Padre y por eso también te llaman, la Llena de Gracias.

Presentación en el Templo


Veamos el primero, cuando llegó el tiempo de Presentar al Niño Jesús en el Templo, Jesús, Tú y José entraron en el magnífico Templo de Salomón y compraron un par de pichones, para que el sacerdote mate a uno y al otro le abra la garganta y con eso asperjar a Ti María, porque según la Ley Judía, después de tener un hijo, quedabas impura, Tu “impura”, pero si eres la Más Pura de Todo el Género Humano  y luego se te acercó San Simeón que te dijo que una espada atravesará tu Corazón por este Niño, como habrás sentido la amargura, Madre Querida, Tu que con humildad presentabas tu Hijo al Mundo, te viene a clavar esta daga en Tu Corazón Inmaculado ¡Cuánto Sufrimiento! Pero Tú siempre guardabas estas cosas en Tu Corazón y ahí las meditabas. Cuanto dolor Madre de esas palabras de San Simeón, por suerte Santa Ana no fue dura contigo y también estaba alborozada por ver al Niño Jesús.


La Huída a Egipto



Luego vino Tu Huída a Egipto, porque el Rey Herodes, quería matar al niño Jesús y asesino a todos los niños menores de dos años en Belén, que Tristeza para tu Sensibilísimo Corazón, cuanta amargura en Tú Alma y después de todo salir apurados hacia Egipto, tierra extraña y con el camino tan largo, que iban llenos de miedo con San José por los asaltantes del camino, pero Tú más que miedo, estabas confiada en Dios Padre, aunque te rodearan tempestades, Tu siempre confiada en el Padre, cómo era tu Fe Mamita Querida, cuán grande Tu Esperanza y Tu Caridad. Apenas dijo San José hay que partir, Tú empezaste a organizar todo para tu huída. Y Guardabas todas estas cosas en Tu Corazón.


Pérdida y Hallazgo del Niño Jesús en el Templo

Después vino la visita al Templo, que ya lo vimos y luego otro dolor para Ti Mamita Virgen, la pérdida por tres días de Jesús, ya de doce años en el Templo de Jerusalén, cómo lo buscaste, el  único de tus siete dolores, que lo tuviste que soportar sin Jesús, cómo estarías de angustiada junto a San José, esa angustia que solo una Madre puede sentir, angustia profunda que penetra el alma y después el alivio al encontrarlo hablando con los sabios de Jerusalén y te nació decirle , como toda madre hubiera hecho, solo que con total dulzura,¿ Hijo porqué nos has hecho esto? Y El contestó ¿Qué no sabían, que yo me debo dedicar a las cosas de mi Padre? Y María no entendió y lo guardo todo en su Corazón. Te acompaño Mamita en el dolor y en el alivio con todo mi corazón de hijo tuyo ¡Qué alegría ser tu hijo Mamá Querida!

La Muerte de San José

Luego los Evangelios no hablan más de Jesús hasta la Vida Pública de El como a sus treinta años, lo único que dicen era que crecía en estatura y Amor a Dios, cómo no iba a crecer también en el Amor a sus padres a Ti Mamita Virgen y a tu esposo San José, cómo se amarían en esa Sagrada Familia, cuán inmenso sería el Amor entre ellos y aquí viene otro dolor Tuyo mi Madre Querida, la muerte de San José tu esposo, que tanto te acompañó con Tu hijo Jesús, cómo habrás llorado su partida junto a Jesús, gracias al Padre que lo tenías a Jesús para que te consuele. Este es uno de los dolores menos conocidos tuyos, pero no por eso menos importante y Tú guardabas todas estas cosas en Tu Corazón.


Las Bodas de Caná

Después vendrán los dolores de la Muerte y Crucifixión de Tu Hijo Jesús el Dios- Hombre. Pero antes están las bodas en Caná de Galilea, estaba Tu Hijo con sus Discípulos y estaba Tu Madre Querida, de repente se quedan sin vino, entonces Tú vas y le dices a Jesús, se han quedado sin vino, la fiesta no puede seguir, entonces Jesús dijo”no puedo hacer ningún milagro, todavía no ha llegado mi hora”, entonces Tu Mamita Querida les dices, hagan lo que El, les diga, por supuesto refiriéndose a su hijo Jesús y llenaron seis tinajas grandes de agua, Jesús las bendijo y les dijo” inviten al organizador de la fiesta a probar de las tinajas” Este probó el agua convertida en vino y dijo porque no se ha servido éste vino antes, siempre se deja al mejor para el principio y al de menor calidad para después. Y Tu Mamita Virgen, conservabas todo en tu Corazón y allí lo meditabas.



Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo


En el Huerto de los Olivos, seguramente Tu estabas cerca de Jesús, Tu Hijo, y lo veías llorar, clamar, angustiado y sudando gotas de sangre,¡Qué terrible espectáculo para Ti María, cuando sufrimiento! Cuántas lágrimas habrás vertido por la Oración de Jesús en el Huerto
Y después cuando lo apresan y lo atan a la columna para flagelarlo, Tu estabas ahí, Madre querida , viendo todo, junto a María Magdalena y el discípulo Juan y luego te quedarías empapando sábanas en su Sangre Preciosísima, cuando toda la tremenda flagelación terminó.


Ahora lo hacían cargar la Cruz, con todo su vestido echo harapos y pegado a la carne y la sangre y Tú, mi Mamita Querida veías todo eso, y de repente se cruzaron las miradas, la De El y la Tuya, que bálsamo fue para Jesús mirar tu rostro de Madre y que dolor para Vos Madre verlo en ese estado calamitoso. Ese cruzamiento de miradas lo dijo todo,¡Ya todo está consumado! Cómo dijo Jesús al final de la crucifixión. María guardaba todas estas cosas en su Corazón, y las meditaba. Que ejemplo tenemos en María de Oración Contemplativa, podemos aprender muchísimo de Ella.


Luego vino la Crucifixión, cuando le despojaron de sus vestiduras a Jesús y le clavaron los clavos, con gritos de dolor de mi Amado Jesús, gritos que sintió la Mamita Virgen y que buscaba alguien con quién llorar y estaban Juan y la Magdalena, los tres llorando juntos.
Ahora levantan la Cruz y aquí Jesús hizo uno de los gestos más gloriosos, quizá el más glorioso, nos entregó a su Madre Querida al entregársela a Juan. Que delicadeza tuvo Nuestro Señor para con nosotros y nosotros seguimos pecando. Luego vino el soldado que les iba quebrando las piernas y al llegar a Jesús vio que ya estaba muerto y le clavó la lanza en el Corazón a Jesús, de donde brotó, Sangre y Agua, “Oh, Sangre y Agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío”, después de expirar con una gran voz “Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu”.Después de eso el Centurión dijo, al sentir el terremoto y ver todas las nubes a punto de explotar “Verdaderamente, éste era Hijo de Dios”
 Cómo habrá caído a Nuestra Madre las palabras de Tu Hijo¡ Dios Mío, Dios Mío, porque me has abandonado! La tristeza de Ti Mamita Virgen habrá sido inenarrable, Tu Hijo solo y Además parecía abandonado por el Padre, pero no fue así sólo fue un momento de profunda humanidad, que después Nuestro Padre Dios, colmó con creces. Qué sufrimiento para Ti María y Tú guardabas todas estas cosas en tu Corazón.



La puesta del Cuerpo en el Sepulcro



Tú Virgen Querida, estabas al lado de El, haciendo compañía a tu Hijo único, no sabías que José de Arimatea fue a pedir el Cuerpo de tu Hijo Para enterrarlo en un sepulcro nuevo, que era de su propiedad,  después te enteraste, pero ahora estabas sola con tu Hijo en Tu regazo, cómo lo besabas, le limpiabas la sangre, con tanto Amor cómo solo Tú Querida Madre podías.
Después vinieron hombres del José citado arriba para retirar el Cuerpo Sagrado y colocarlo en el Sepulcro, María veía todas estas cosas y las guardaba en su Corazón.



La Resurrección ¡Aleluya!


El día primero de la semana al alba Jesús se apareció a Ti Madre,¡¡Que alegría inenarrable la Tuya!!, no lo podías creer Jesús, mi Jesús, estás Vivo y le viste la marca de los clavos en las manos y pies y también viste la herida del costado todo completamente cicatrizado, era un Hombre Nuevo, el Mismísimo Dios Encarnado con la carne de tu carne Querida María, no había mas lugar para la amargura y la tristeza, María dio rienda suelta a su alegría, bailando con Jesús y Este le dijo como no iba a aparecerme a Ti primero, si eres mi querida Mamá. La Toda Pura, la que eligió mi Padre desde la Eternidad para que seas mi madre. Ella estaba Feliz, Jesús le dijo dentro de poco Yo me voy a los Cielos, pero te vendré a buscar para que estemos juntos y la alegría sea completa.


La Ascensión de Jesús




Luego a los cuarenta días de la Resurrección vino la Ascensión de Jesús a los Cielos, con más de doscientas personas, discípulos que lo vieron, incluída Tu Madre por supuesto, hasta que una nube lo tapó y desapareció, pero se quedó con nosotros para siempre en la Eucaristía, donde era Carne y Sangre Divinas, pero también provenientes de Ti Madre del Cielo.



La Asunción de María y la Coronación como Reina y Madre de Todo lo Creado.


Luego vino tu Magnífica Asunción al Cielo, donde terminados tus días en la Tierra, Jesús quizo llevarte con El, a gozar de la plenitud del Padre, no sólo fuiste llevada al Cielo sino que fuiste Coronada por la Santísima Trinidad como Reina y Madre de todo lo creado.
Cómo no vas a serlo después de una vida de humildad sufrimiento y oración, como nadie más en la Tierra.


Quisiera terminar este Libro con una Oración

Bendita sea tu Pureza y
Eternamente lo sea
Pues todo un Dios se recrea
En tan Graciosa Belleza,
A Ti Celestial Princesa
Virgen Sagrada María,
Yo te ofrezco en este día
Alma, Vida y Corazón,
Miranos con compasión,
No nos dejes Madre mía.

Amén.



(1)     Digo Mamita o Mamita Virgen, porque Jesús le decía a su Padre Abbá, que quiere decir Papi, Papito y si alguien le resulta infantil, el Reino de los Cielos, les pertenece a los que son como niños.





Adrián Prunotto

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